
Cuando empiezo a bajar el primer escalón levanto la vista, y tanto abajo como a ambos lados de la escalera esa multitud se multiplica, y aún así, decidida, mantengo mi mirada alta y desciendo sin ningún temor, y una gran ovación me acompaña en el declive de aquella gran escalinata.
Una vez abajo, cientos de personas que me aplauden se abren también a mi paso, y es un candoroso aplauso lo que oigo y veo. Es honesto, de corazón.
Y sigo caminando vista al frente aguantando la sonrisa y la emoción, casi altiva, realizada. No tengo miedo, y no lo tendré nunca más.
Y ahí, entre toda esa gente eufórica continúo mi camino hacia una luz que me funde con las estrellas y me hace, felizmente, desaparecer"
(Luz Vendrell Moliner)
Y sigo caminando vista al frente aguantando la sonrisa y la emoción, casi altiva, realizada. No tengo miedo, y no lo tendré nunca más.
Y ahí, entre toda esa gente eufórica continúo mi camino hacia una luz que me funde con las estrellas y me hace, felizmente, desaparecer"
(Luz Vendrell Moliner)